Cada 135 años, el cometa 109P/Swift-Tuttle completa una órbita en torno al Sol. En su larga marcha, esta roca de 26 kilómetros de diámetro deja restos de polvo espacial tras de si, que quedan flotando a la deriva en su trayectoria por el sistema solar. A mediados del mes de Agosto nuestro planeta azul favorito atraviesa esta trayectoria, interceptando la estela que el viajero desprende a su paso. Estos restos se aceleran bajo la fuerza gravitatoria de la Tierra, descomponiéndose en las partes superiores de su atmósfera y mostrándonos una de las lluvias de estrellas más activas que conocemos.